Acciones para mitigar el impacto del cambio climático

El incremento de la temperatura y la concentración de CO2 en la atmósfera son manifestaciones del cambio climático en el planeta. Su efecto lo notamos en períodos atípicos de mayor calor y cambios significativos en la cantidad y distribución de la lluvia en el año. Ambos afectan a los seres humanos y a la agricultura, y la caña de azúcar no ha sido la excepción en ninguno de los continentes en donde se cultiva.

El incremento de la temperatura y la concentración de CO2 en la atmósfera son manifestaciones del cambio climático en el planeta. Su efecto lo notamos en períodos atípicos de mayor calor y cambios significativos en la cantidad y distribución de la lluvia en el año. Ambos afectan a los seres humanos y a la agricultura, y la caña de azúcar no ha sido la excepción en ninguno de los continentes en donde se cultiva.

La solución no es fácil y requiere la integración de políticas, compromisos y desarrollos tecnológicos. A nivel global desde la década de los años setenta se trabaja en acciones para mitigar el impacto del cambio climático. El más reciente evento al respecto se celebró en París a finales de 2015, donde Colombia se comprometió a reducir el 20% de sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para el 2030.

Las acciones que ejecuten los sectores agrícolas y en nuestro caso, la caña de azúcar, en pro del manejo sostenible del suelo y en el uso de los insumos (agua, agroquímicos, energía fósil) en el campo, la cosecha y en los procesos industriales contribuyen a ese compromiso colombiano. Pero éste debe ir más allá: hacia la conciencia de proteger la naturaleza y promover un mejor ambiente.

El reto es grande y en el caso de la agroindustria colombiana de la caña de azúcar no estamos en cero. Un análisis reciente del balance de GEI en la producción de azúcar y etanol reveló que se generan 22.3 kg CO2eq/t caña. La información es aún parcial, pero ya tenemos idea de dónde estamos para seguir mejorando. El valor de dichas emisiones es aproximadamente 30% menor al de la industria azucarera de Brasil y significativamente menor a la de Australia.

El enfoque de la agricultura específica por sitio que busca maximizar la respuesta del cultivo con el uso correcto de los insumos, bien sean variedades, agua o fertilizantes, es un ejemplo de práctica de sostenibilidad hacia las metas de reducción de emisiones del 2030. En este sentido, variedades sembradas en los ambientes donde mejor se adapten requieren menos insumos y en consecuencia se generan menos emisiones; disponer de equipos más livianos y con mayor capacidad de transporte implica menos combustible y menos emisiones; y con prácticas como el control biológico se evita el uso de insecticidas.

El camino pendiente es largo pero ya tenemos unas bases. Nos queda continuar con el compromiso y la conciencia de un mundo sostenible. Esa es la invitación para todos.

Álvaro Amaya Estévez
Director general, Cenicaña

Carta Informativa
Año 4 / Número 2 /Abril de 2016

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