“El retorno de la inversión en biotecnología no es rápido, pero será grande”

Paul Moore, secretario general del Consorcio Internacional de Biotecnología de la Caña de Azúcar (ICSB), visitó la Estación Experimental de Cenicaña y habló con Carta Informativa sobre los avances en esta área y su futuro.

¿Cuál es el objetivo de ICSB?

El propósito de ICSB es promover la investigación en biotecnología en caña de azúcar. Avanzar en la investigación genética molecular, genómica y de transformación genética como ciencias puras y aplicadas, y así facilitar el intercambio de información y el desarrollo de tecnologías que contribuyan a mejorar el cultivo en beneficio de los cultivadores y productores. El ICSB proporciona un espacio para que de manera cooperativa se identifique, evalúe y financie la investigación en biotecnología que sería difícil de abordar de forma individual por los miembros del Consorcio.

Reúne a 13 países y 17 instituciones grandes y pequeñas, y las contribuciones de cada miembro son en proporción a las producciones de caña y de azúcar de cada país.

En comparación con sectores productivos como el del maíz, el algodón, la soya y otros, ¿cómo está la investigación en biotecnología en caña de azúcar?

La investigación en biotecnología en la caña de azúcar ha estado rezagada en comparación con otros cultivos y esa fue una de las justificaciones para la formación de ICSB. Hay varias razones para explicar este rezago: los ciclos de cultivo y de reproducción sexual son largos. Además, la caña de azúcar es un cultivo mucho más complejo genéticamente que los previamente mencionados.

¿Qué se busca con la investigación en biotecnología en caña?

El objetivo principal de la investigación en el ICSB es desarrollar tecnologías que permitan mejorar la eficiencia de los programas de mejoramiento para que el trabajo mutuo entre biotecnólogos y mejoradores contribuya a la producción de variedades con mayor resistencia a plagas y enfermedades y mejores características de productividad. Entre los enfoques que se utilizan se destaca el desarrollo de mapas de ligamiento genético con los que se busca identificar marcadores asociados con genes que controlen rasgos de interés como resistencia a enfermedades, tolerancia al estrés hídrico y la identificación de genes importantes para utilizar la transformación genética y producir nuevas variedades con rasgos de interés.

¿Qué tan lejos o cerca estamos de cumplir estos propósitos?

Depende. Si el rasgo de interés es codificado por un gen único o principal, entonces se vuelve un proceso más corto y estaríamos cerca de desarrollar variedades mejoradas genéticamente; si se trata de un rasgo cuantitativo codificado por un conjunto de genes que además estén bajo la influencia del medio ambiente, entonces se vuelve un proceso más complejo y estaría aún todavía lejos de cumplir nuestros objetivos.

¿Es rentable para las agroindustrias de países en desarrollo invertir en biotecnología?

El retorno de la inversión en biotecnología no es rápido, pero tiene el potencial de tener un impacto grande en el proceso de mejoramiento varietal. La investigación en biotecnología es necesaria para alcanzar plenamente dicho potencial.

Pero, ¿cómo puede beneficiarse un pequeño cañicultor de los avances en biotecnología logrados por el Consorcio?

Eso depende de la forma en que los miembros del Consorcio apliquen los conocimientos y las tecnologías de la investigación al desarrollo de cultivos mejorados en sus condiciones locales.

Los resultados en identificación de patógenos y transformación genética han tenido una aplicación más rápida que los resultados en genética y genómica para apoyar el mejoramiento genético. Por ejemplo, algunos miembros del ICSB utilizan la capacidad que hoy tenemos en la identificación del Virus de la hoja amarilla por medio de herramientas moleculares para certificar que las variedades en desarrollo se encuentran libres de la enfermedad. Además, algunas también han sido transformadas para obtener resistencia a insectos y herbicidas. Estas nuevas variedades benefician de inmediato el cultivador.

Usted ha mencionado en conferencias internacionales que la producción actual de caña de azúcar es del 57% de su potencial teórico, basado en la utilización de la radiación solar. ¿Cómo la investigación en fisiología y biotecnología contribuirían a lograr un mayor potencial?

La fisiología es fundamental para identificar los factores de producción y cuantificar el impacto de cada uno de estos en la disminución de los rendimientos. Después de este trabajo inicial, a través de la biotecnología (con nuevas metodologías como la edición del genoma o complementación genética) se pueden confirmar las hipótesis planteadas y tratar de corregir los factores perjudiciales.

Finalmente, ¿cómo vio la investigación en biotecnología que adelanta Cenicaña?

La agroindustria colombiana se conoce por tener la productividad por unidad de área más alta y esto se debe a una combinación de variedades, suelos fértiles y prácticas agronómicas. La iniciativa para catalogar los datos fenotípicos varietales que posteriormente se planean correlacionar con datos genómicos (que hoy en día se pueden obtener rápidamente) es excelente. Estoy impresionado con el trabajo de secuenciación y fenotipificación de 220 variedades de caña que representan la variabilidad genética que posee el banco de variedades de Cenicaña.

En una investigación convencional se miraría cada una de estas plantas en el laboratorio, pero lo que se está haciendo aquí en Cenicaña es obtener la información de la secuencia del genoma de cada una de las variedades, con una fenotipificación masiva, que contempla la medición de muchas variables de importancia agronómica, y la utilización de drones que toman imágenes del cultivo que sirvan para interpretar las variables de interés.

Investigadores en biotecnología de la caña de azúcar de las agroindustrias de Australia, Francia, India y Estados Unidos (Hawái, Florida e Illinois) visitaron Cenicaña, como parte de la agenda de la reunión anual del Consorcio Internacional de Biotecnología de la Caña de Azúcar que se llevó a cabo entre el 31 de mayo y el 3 de junio pasados.

La polémica de los OGM

“La tecnología para producir transgénicos existe y algunos países van a sembrar caña transgénica más rápido que otros; sin embargo, eso va a depender mucho de lo que estas mismas naciones perciban del consumidor.

Se ha reportado que hay caña transgénica lista para sembrarse de manera comercial en Indonesia, Argentina y Brasil. En Estados Unidos también existe, pero no será sembrada comercialmente hasta que no se esté seguro de que hay una aceptación por parte del mercado.

Además, en este momento no existe un problema en caña de azúcar que no pueda ser solucionado utilizando el mejoramiento convencional. Es probable que cuando surja un problema que solo se pueda solucionar con los OGM o se pueda abordar más eficientemente a través de ellos entonces el escenario será diferente.

Por ejemplo, hay una enfermedad letal en Estados Unidos que afecta a los naranjales y el jugo de naranja que se consume hoy viene de frutas modificadas genéticamente, pero no hay mayor resistencia a su consumo, porque en este caso es la única herramienta que se tiene para manejar la enfermedad.

No me gusta el término OGM porque se percibe de manera negativa y los humanos hemos modificado los alimentos que consumimos a través de la historia. La sandia que existe hoy no tiene nada qué ver con la que era hace muchos años. Eso se ha logrado a través del mejoramiento genético y eso es transformación genética”.

Paul Moore

Carta Informativa
Año 4 / Número 2 /Julio de 2016

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