Camilo Isaacs estuvo durante 38 años en Cenicaña, 10 de ellos como Superintendente de la Estación Experimental y los últimos 28 al frente de las estrategias para transferir las tecnologías promovidas por el Centro de Investigación. Reflexiones sobre el difícil reto de llevar la ciencia a los campos de caña.
Fueron 38 años de trabajo en Cenicaña. ¿Se va satisfecho de lo realizado en este tiempo?
Sí. Desde mi punto de vista se logró establecer una metodología de transferencia de tecnología que ha sido exitosa. Los cultivadores conocieron a Cenicaña, hubo una integración investigación – cultivadores – ingenios que permitió identificar mejor las necesidades tecnológicas del sector, sus problemáticas en cada área de trabajo y hubo un diálogo permanente entre todos.
Además, se pusieron en práctica estrategias de transferencia como el Programa de Aprendizaje y Asistencia Técnica (PAT), la Red GTT, el centro de capacitación y se formó un equipo de trabajo de primera calidad; tanto así que muchos profesionales que pasaron por el Servicio de Cooperación Técnica y Transferencia de Tecnología (SCTT) hoy están liderando procesos de campo en la agroindustria.
¿Cuál cree que fue la clave para lograr todo eso?
Establecer una cultura de trabajo en equipo y de confianza que se fue ganando con el tiempo. Desde el Director hasta los investigadores y todos los demás profesionales fuimos entendiendo que sólo de esa forma lograríamos una integración completa que se viera reflejada en resultados de investigación validados y en tecnologías y desarrollos que satisficieran las necesidades y resolvieran, de alguna forma, los problemas de los productores.
Pero una cosa es la cultura de trabajo en equipo y otra la cultura de la innovación en un sector tradicional y conservador…
Si nos comparamos con industrias azucareras avanzadas de otros países estamos a un ritmo y nivel muy semejante o superior: la adopción de tecnología por parte de los agricultores en Brasil es muy parecida a la nuestra, incluso en algunos temas, como Agricultura Específica por Sitio (AEPS) somos más innovadores; y si nos comparamos con otros países con menos tradición innovadora como México, Nicaragua o Perú, les llevamos una gran ventaja.
Ahora bien, el problema de la adopción de tecnología es complejo por las características mismas de los agricultores (escolaridad, aversión al riesgo, infraestructura física disponible, costos, tiempo, etc.) y porque los productores no salen corriendo a adoptar tecnologías al día siguiente que salen los resultados de una investigación. Este proceso se va dando lentamente: en la medida que se escuchan los testimonios de cañicultores innovadores exitosos, como hemos hecho con la Red GTT, se genera confianza y una oportunidad a la nueva tecnología.
La transferencia de tecnología acorta el tiempo en la adopción de tecnología, pero acortarla no significa que no exista un proceso.
¿Hoy el sector confía en Cenicaña?
Sí y no solamente el sector. Ahora, que ya no estoy en Cenicaña, me doy cuenta que a nivel externo, especialmente internacionalmente, hay apreciaciones de técnicos y empresarios de industrias azucareras de otros países muy valiosas sobre lo que hace Cenicaña, y que quizás no alcanzamos a dimensionar nosotros.
En ese sentido, ¿podemos decir que la agroindustria colombiana va adelante en la adopción de prácticas innovadoras?
Claro que sí. En el manejo del campo tenemos la AEPS, mediante la cual se identifican las condiciones agroecológicas de cada suerte de caña y se aplican prácticas agronómicas adeacuadas y dirijidas a cada condición. En adecuación de tierras se ha impuesto una cultura alrededor del GPS para el diseño y adecuación del campo; hoy la siembra mecanizada se hace con sistemas autoguiados, existe la cultura del diagnóstico de enfermedades en la semilla, el 95% del área está sembrado con variedades Cenicaña Colombia, las prácticas de fertilización y cosecha se hacen con alta precisión.
En manejo de aguas hemos hecho avances de gran impacto en comparación con lo que haciamos antes y la agroindustria puede avanzar aún mucho más con la tecnolgía disponible. En cuanto al transporte de caña hemos logrado un salto con los vagones livianos de mínimo peso que transportan más caña y menos hierro con una significativa reducción de costos.
También hoy muchos procesos para la producción de caña o cogeneración de energía y bioetanol son más eficientes y sostenibles gracias a metodologías y herramientas que hemos impulsado desde aquí.
Pero falta por hacer…
Por supuesto. Como mencioné antes, es un proceso que requiere tiempo y que en la medida que intensifiquemos más acciones de transferencia de tecnología, más rápido veremos los resultados. También hay que entender que existe una población de más de tres mil cultivadores, de los cuales un alto porcentaje son pequeños y medianos que se caracterizan por ser demasiado tradicionalistas.
¿Qué cree que le quedó pendiente por hacer?
Siempre hay algo por hacer. Me gustaría que la metodología de asistencia técnica que hemos venido impulsando se consolide en la agroindustria porque con el diagnóstico de las problemáticas existentes en cada finca y con la puesta en práctica de los planes de mejoramiento formulados para cada una, se puede obtener su potencial de producción. Es muy importante entonces implementar los planes de mejoramiento de cada finca y así dar un gran salto en producción. Esta metodología será transcendental para aumentar la productividad en el valle del río Cauca.
¿Qué ha sido lo más importante de todos los desarrollos de Cenicaña?
Hay muchos. Para el aumento de la productividad, sin duda, las variedades han sido fundamentales; y desde el punto de vista de disminución de costos, el manejo del agua, la fertilización, la mecanización y el Cate son claves. Pero el enfoque de Agricultura Específica por Sitio merece mención aparte. Está demostrado que todo lo que se hace con este enfoque disminuye los costos, mejora la rentabilidad en las fincas y es ambientalmente responsable.
Relevo en la jefatura de SCTT
Desde el pasado 27 de junio de 2018 Fernando Villegas Trujillo, investigador del área de Maduración de la caña de azúcar del Programa de Agronomía de Cenicaña, asumió como nuevo jefe del Servicio de Cooperación Técnica y Transferencia de Tecnología (SCTT), en reemplazo de Camilo Isaacs.
El nuevo Jefe del SCTT es Ingeniero Agrícola de la Universidad del Valle y de la Universidad Nacional de Colombia, sede Palmira, con magister en suelos y aguas de la Universidad Nacional de Colombia. Se vinculó a Cenicaña en 1984, en donde fue ingeniero de Suelos y Aguas, ingeniero de Mecanización Agrícola e investigador del área de Maduración.
Como investigador Fernando Villegas lideró diferentes proyectos, entre los que se destacan el uso del balance hídrico para la programación de los riegos, evaluación del sistema de riego por surcos alternos, evaluación de las cosechadoras mecánicas y características de maduración de las nuevas variedades de la caña de azúcar.
Además tiene más de 70 publicaciones entre artículos, capítulos de libros, series técnicas y documentos de trabajo.
Carta Informativa | OCT 2018: 4-5 Versión en PDF