Cambio climático y agua

Rafael Zavala, representante en Colombia de la FAO, fue ponente en el X Congreso de Tecnicaña. Cambio climático y agua fue uno de los temas de su exposición. Carta Informativa habló con él.

Rafael Zavala, representante en Colombia de la FAO, fue ponente en el X Congreso de Tecnicaña. Cambio climático y agua fue uno de los temas de su exposición. Carta Informativa habló con él.

El cambio climático es una realidad de la que se habla desde hace mucho. ¿Qué tanto está afectando a la agricultura mundial?

En Colombia, para el caso de la agricultura, es mejor hablar de variabilidad climática porque corresponde al día a día, mientras que el cambio climático sucede en el largo plazo.

Una evidencia clara de esa variabilidad es lo errático de las lluvias, y en la agricultura el agua es la que manda. A este panorama hay que sumar la realidad de los suelos: el planeta cada año pierde una superficie equivalente a Costa Rica.

Como ciudadanos y agricultores esto nos obliga a diseñar estrategias de gestión del riesgo para tener capacidad de respuesta ante estas contingencias. Estrategias que deben incluir mayor precisión en los pronósticos, alertas y modelamientos de mediano plazo.

¿Por dónde comenzar?

Hay dos vías: como sector productivo y como sociedad civil. Es responsabilidad de todos saber que el plato que consumimos utilizó más agua de la necesaria o si fue producido a miles de kilómetros, lo cual lo hace más contaminante. Como consumidores el reto es informarnos, y como productores, adoptar una nueva cultura del mejor uso del recurso agua.

Esta es una invitación de la FAO, pero los gobiernos nacionales y regionales, al igual que los sectores productivos, deben tomar la iniciativa de implementar medidas efectivas para enfrentar el problema. En Colombia, los sectores azucarero y cafetero y sus centros de investigación tienen mucho que hacer a este respecto.

Y la FAO ¿cómo está respondiendo a este reto?

Para el caso de la caña de azúcar la FAO apoyó técnica y financieramente el uso del modelo AquaCrop para estimar los rendimientos del cultivo de la caña de azúcar en respuesta al agua disponible. Ese estudio, por ejemplo, concluye que en un escenario pesimista de cambio climático el cultivo podría requerir un 50% más de riego que el suministrado en el periodo 1994 – 2010.