Fisiología: hacia una agricultura más precisa

Cenicaña avanza en el conocimiento de algunos procesos fisiológicos de la caña de azúcar: cómo acumula sacarosa y absorbe nutrientes, de qué manera responde a la fotosíntesis, y su eficiencia en el uso del agua.

Hace cuatro años Cenicaña empezó a profundizar en el estudio de los procesos que intervienen en la producción de biomasa y sacarosa en el cultivo de la caña de azúcar.

El modelo de investigación se basa en un enfoque integral que pretende mejorar el conocimiento de algunos procesos de la relación suelo-planta-ambiente, para afinar prácticas agronómicas.

Miguel Angel López, fisiólogo del Centro, explica qué se está haciendo y qué implicaciones prácticas tendrán estas investigaciones en el mediano y largo plazo.

Interacción planta-suelo

Actualmente se estudia la acumulación de nutrientes en las variedades más utilizadas en la agroindustria y en algunas variedades potenciales para los ambientes semiseco, húmedo y de piedemonte.

Los resultados obtenidos hasta el momento son complementarios a la investigación en suelos y nutrición realizada en Cenicaña, y su importancia radica en que definen la cantidad de nutrientes acumulados en el cultivo para una productividad determinada, así como su forma de absorción a lo largo del tiempo.

En tal sentido, estos resultados serán útiles para afinar la dosis y la época de aplicación de los fertilizantes en sistemas de manejo convencional y fertirriego.

La planta

En lo relacionado con la planta, se avanza en la caracterización en forma y cantidad de la producción de materia seca (fibra y sacarosa) y de materia fresca (toneladas de caña por hectárea) de diferentes variedades. Esta caracterización permitirá establecer épocas críticas de crecimiento, es decir, momentos en el ciclo del cultivo en los cuales es máxima la ganancia de tonelaje, fibra y sacarosa.

Con respecto a la acumulación de sacarosa, los resultados preliminares con las variedades CC 85-92, CC 93-4418, CC 01-1940 y CC 06-791 muestran que la acumulación de este carbohidrato es un proceso paulatino, en el que primero se “llenan” los entrenudos del tercio bajo del tallo, luego los del tercio medio y así sucesivamente. Aunque al final del ciclo del cultivo todos los tercios presentan ganancia de sacarosa, el tercio superior reporta las mayores tasas de acumulación, seguido por los tercios medio y bajo, respectivamente.

De igual forma, la dinámica de acumulación de sacarosa a lo largo del tiempo sugiere que cuando los periodos de cosecha de las variedades ya mencionadas se prolongan más allá de los 13 meses después de la emergencia, no se presenta diferencia en el contenido porcentual de sacarosa a lo largo del tallo.

Ciclos eventuales de cosecha menores o iguales a doce meses aparentemente favorecerían a las variedades CC 85 -92 y CC 93-4418 debido a su mayor concentración porcentual de sacarosa. Sin embargo, CC 01-1940 aún a esta edad presenta mejor desempeño productivo, evaluado a través de la variable tonelada de azúcar por hectárea ciclo o mes.

Este tipo de estudios apoyan los análisis sobre la cuantificación del efecto de la edad de corte en la producción de azúcar y en el tonelaje y son herramientas útiles para determinar periodos críticos del cultivo durante su ciclo de crecimiento y producción.

Conocer estos periodos críticos es clave para establecer el momento óptimo para realizar labores agronómicas como riego, fertilización y manejo de malezas.

Interacción planta-ambiente

En cuanto al efecto de las condiciones del ambiente (luz, agua, CO2 y temperatura, por ejemplo) en el comportamiento del cultivo, investigaciones sobre la influencia de la radiación en la fotosíntesis de la caña de azúcar indican que existe una relación positiva entre estos dos parámetros; así, a mayor captura de luz proveniente del sol, mayor fijación de carbono para producir tonelaje y sacarosa.

Por otro lado, los resultados del estudio de la relación entre la radiación y la eficiencia en el uso del agua (cantidad de CO2 que ingresa a la hoja con respecto a la cantidad de agua que sale de ella en forma de vapor) señalan que las hojas del cultivo muestran una mejor respuesta cuando la radiación solar es alta.

Lo resultados obtenidos recuerdan la importancia del enfoque integral en el manejo del cultivo. Prácticas agronómicas como el riego y la nutrición favorecen el crecimiento del dosel (grupo de hojas), lo que a su vez aumenta la captura de la radiación y la fotosíntesis. Sin embargo, no son suficientes labores de manejo individuales, dado que el crecimiento del cultivo y la captura de CO2 son procesos que requieren la convergencia de varios factores de producción.

 

Carta Informativa
Año 3 / Número 2 /Julio de 2015

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