“El cultivador de caña es receptivo a la adopción de tecnologías”

Rodrigo Belalcázar, el nuevo gerente general del Ingenio Manuelita, destaca los esfuerzos en innovación y tecnología que se hacen en el sector, pero insiste en que la tarea es incansable.

Aunque nunca se fue del todo, Rodrigo Belalcázar asegura que se encuentra en proceso de inducción. En los más de seis meses que lleva al frente de la Gerencia General del Ingenio Manuelita se ha dedicado a repasar lo que ya sabía del negocio azucarero, a aprovechar su experiencia en el sector palmicultor y a prepararse para un nuevo reto. Carta Informativa dialogó con él sobre su visión de la innovación y la ciencia en el sector azucarero y a qué le apostará a su regreso al ingenio.

Pese a que nunca se alejó del Grupo Manuelita, sí tuvo la posibilidad de mirar desde afuera al sector azucarero. En comparación con otras agroindustrias, ¿cómo ve el negocio del azúcar respecto a la ciencia y a la innovación?

Vengo de un sector como la agroindustria de la palma de aceite donde hay avances significativos en estos aspectos, pero también he tenido la oportunidad de mantenerme informado del desarrollo del negocio azucarero, por lo que estoy convencido de que éste en Colombia es líder en investigación e innovación, lo que es fundamental para mejorar los niveles de competitividad.

¿En esas áreas, cuál considera que debería ser la apuesta del sector azucarero para los próximos años?

Se debe seguir innovando con un enfoque hacia la reducción de costos de producción, al aumento de la productividad y a la generación de productos de valor agregado. Debemos ser mucho más agresivos en la utilización de la biotecnología con el objetivo de desarrollar variedades resistentes al estrés hídrico, con alto contenido de sacarosa y resistentes a enfermedades.

Ha habido logros importantes. Tenemos la Agricultura Específica por Sitio, avances en fertilización y en riego; pero las mejores prácticas, para volver más eficientes los procesos, nunca se agotan.

Por eso no creo que haya que pensar en una apuesta o en qué hace falta. Lo que falta es intensificar el esfuerzo para lograr resultados más efectivos en todos los frentes. En esto el trabajo es inacabable y debe ser incansable.

Pero cambiar el ‘chip’ para incentivar la implementación y uso de nuevas tecnologías o herramientas no es sencillo…

No, no es fácil, pero hay otros sectores agroindustriales más reacios. Los cultivadores de caña, por ejemplo, son más receptivos a la adopción de tecnologías y a la necesidad de innovar.

Indudablemente se ha realizado un trabajo importante en el desarrollo científico y tecnológico y en su transferencia. Hoy los ingenios trabajan muy de la mano con el Centro haciendo pruebas en sus terrenos, pero tenemos que mostrar más para convencer a la gente sobre lo que se está haciendo.

La gente se convence más por lo que ve, que por lo que le cuentan. Las jornadas de transferencia que se realizan convocando a los cultivadores para mostrar los avances en investigación son un modelo interesante que se debe continuar, pero considero que también se debe hacer mucho énfasis en la asistencia técnica.

Llega a liderar una empresa emblemática de la región, ¿con qué planes asume este nuevo reto?

Este año será difícil para el sector por la baja productividad que tendremos fruto de los efectos climáticos de años anteriores. No obstante, los momentos difíciles permiten ser mucho más creativos para superarlos.

A corto plazo nuestro objetivo será trabajar al máximo para recuperar productividades, siendo más eficientes y reduciendo costos de producción. Esto necesariamente significa ser innovadores y aprovechar más los desarrollos científicos y tecnológicos que se hacen por medio de Cenicaña. Con eso estamos asegurando nuestra competitividad en el negocio.

Carta Informativa
Año 1 / Número 2 /Agosto de 2013

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