Estudio descarta que la caña afecte los suelos

Una nueva investigación de la Universidad Nacional en Palmira confirma que los cultivos de caña no deterioran las condiciones físicas de los suelos del Valle del Cauca y que, por el contrario, podrían contribuir a su conservación, de dárseles un manejo agronómico adecuado.

Una nueva investigación de la Universidad Nacional en Palmira confirma que los cultivos de caña no deterioran las condiciones físicas de los suelos del Valle del Cauca y que, por el contrario, podrían contribuir a su conservación, de dárseles un manejo agronómico adecuado.

Aunque el estudio adelantado por el Grupo de Investigación en Indicadores Sencillos de Degradación de Suelos de la Universidad solo cubrió 50,000 hectáreas de las 223,905 sembradas con caña de azúcar en el valle geográfico del río Cauca, los hallazgos cobran importancia por tratarse de un recurso básico que demanda acciones para garantizar su conservación.

“Se verificó en campo el estado de compactación que tenían los suelos. Se hicieron pruebas hidrológicas, de resistencia mecánica, de permeabilidad en 144 sitios… y los hallazgos fueron muy favorables, con un factor adicional: se halló un contenido de materia orgánica que no era costumbre ver, de alrededor del 4%. Es decir, que ésta había crecido, lo que fue muy buena noticia”, explicó el profesor Edgar Madero, director del Grupo.

La materia orgánica es un compuesto estable esencial para la estructura de los suelos, proveniente de la descomposición de residuos vegetales y animales que al desintegrarse bioquímicamente se transforman en elementos esenciales para el crecimiento de las plantas, de ahí la importancia de su contenido en el suelo. En un suelo con adecuado contenido de materia orgánica, ésta debe estar por encima del 3%.

“Estos cultivos aportan toneladas anuales de biomasa que protegen significativamente contra la erosión; demandan labranza intensa únicamente cada ocho años en promedio; los productores reciclan subproductos orgánicos como base fertilizante; los ingenios rediseñan periódicamente los vagones recolectores; y el cultivo ha sido sostenible por décadas. De modo que se tendería más a conservar que a degradar físicamente los suelos”, agregó el profesor.

La investigación constó de dos etapas. Una primera, donde se analizaron suelos con más de cien años dedicados a la siembra de la caña y una segunda fase en la que se compararon estos resultados con los obtenidos en el análisis de suelos con más de 50 años de uso en cultivos diversos y bosque secundario. “En esta etapa se halló que otros cultivos y manejos dejan los suelos más susceptibles a la compactación”, señaló el investigador.

(Con información Agencia de Noticias UN)

Para consultar

Revista Acta Agronómica volumen 60, No.3. Disponible en la Biblioteca Guillermo Ramos Núñez de Cenicaña.

Carta Informativa 
Año 1 / Número 1 /Febrero de 2013

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