La protección y uso eficiente del agua nos compete a todos

Esta edición resalta el valor del recurso agua, su manejo y uso eficiente, el impacto de las tecnologías, la protección de las cuencas y el camino que nos queda por recorrer. Colombia se enorgullece de sus riquezas hídricas. Sin embargo, en las actividades agroindustriales nos preocupamos más cuando existe escasez de agua o cuando hay exceso de ésta, siendo menos reactivos cuando la situación es relativamente normal. Si nuestras acciones fueran permanentes las consecuencias de la sequía y de las inundaciones podrían ser de menor impacto tanto en la producción como en los costos de recuperación.

Apreciados lectores:

Esta edición resalta el valor del recurso agua, su manejo y uso eficiente, el impacto de las tecnologías, la protección de las cuencas y el camino que nos queda por recorrer. Colombia se enorgullece de sus riquezas hídricas. Sin embargo, en las actividades agroindustriales nos preocupamos más cuando existe escasez de agua o cuando hay exceso de ésta, siendo menos reactivos cuando la situación es relativamente normal. Si nuestras acciones fueran permanentes las consecuencias de la sequía y de las inundaciones podrían ser de menor impacto tanto en la producción como en los costos de recuperación.

El manejo eficiente del agua en el área plana está relacionado tanto con el riego como con el drenaje y los dos dependen en alto grado de la protección que tengamos de las cuencas hidrográficas que la suplen de agua. En relación con las fuentes de agua en las cordilleras, el proyecto de protección de las cuencas, liderado por Asocaña con el apoyo técnico de Cenicaña, ejecuta y orienta las acciones cuyos resultados serán de mediano y largo plazo. Y en la parte plana el sector agroindustrial de la caña de azúcar ejecuta acciones con resultados evidentes en el mejor uso del recurso hídrico a través de las tecnologías y metodologías desarrolladas por Cenicaña, con la participación de los ingenios y de los cultivadores.

Ejemplo de ello son el balance hídrico para la programación de los riegos, la validación de sistemas de conducción de agua que favorezcan su ahorro, metodologías para su medición y aplicación y el riego por caudal reducido, entre otros. Ello ha significado ahorros en los volúmenes de agua aplicada entre 40%-60% menores a los usados 15 años atrás.

Las acciones en relación con el drenaje se enfocan hoy más hacia el drenaje regional que al específico en una sola finca. Existe un modelo que se está implementando en la zona norte con la participación del ingenio Risaralda, sus proveedores y Cenicaña. Aunque la solución es gradual, será de mayor impacto y en este sentido Cenicaña promueve proyectos similares en la zona sur con la participación de los ingenios La Cabaña, Incauca, Mayagüez y Castilla.

El desarrollo de variedades menos demandantes de agua obtenidas a través del mejoramiento genético convencional y la biotecnología avanza con resultados promisorios y esperamos que en el corto plazo sean un complemento significativo para el uso eficiente del recurso en el campo. Así mismo, existen avances en las fábricas de azúcar y destilerías que presentan indicadores del volumen de agua por producto terminado acorde con los estándares de los certificadores internacionales.

El reto es ser más eficientes en el uso del agua y adoptar tecnologías disponibles en lo cual Cenicaña está comprometido para su difusión y capacitación.

Álvaro Amaya Estévez
Director general, Cenicaña

Carta Informativa
Año 1 / Número 2 /Agosto de 2013

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