Remplazar la CC 85-92, un reto para el sector

El sector azucarero colombiano cuenta con una oferta varietal que representa alternativas frente a la CC 85-92. La clave del éxito está en utilizar el enfoque de Agricultura Específica por Sitio, AEPS®.

La variedad CC 93-4418 es una de las más destacadas en los últimos años y una buena opción para reemplazar la CC 85-92 en zonas secas-semisecas.

La CC 85-92 es, desde hace más de una década, la reina de las variedades de caña de azúcar en Colombia. Su alta productividad, sumada a la resistencia a algunas enfermedades y plagas de que gozó hasta hace algún tiempo, la convirtieron en la preferida de los cultivadores y de los ingenios azucareros.

Pero esa preferencia no ha permitido darle una mirada a las nuevas variedades de las que hoy dispone el sector, que se convierten en una alternativa para revertir esa dependencia hacia la CC 85-92 y renovar los cultivos sin correr el riesgo de disminuir la productividad.

Una dependencia riesgosa

Para nadie de la industria azucarera colombiana es un secreto que la CC 85-92 es la variedad más cultivada en la región. De hecho, a diciembre 31 de 2012 ocupaba el 66.4% del área total dedicada a la siembra de caña en el valle geográfico del río Cauca. Con esa altísima proporción la industria se aleja del esquema brasilero, que ha sido adoptado en el país y que consiste en destinar 80% del área total a cuatro variedades y un 20% adicional para las que están ampliando o disminuyendo su área, distribución que da un respaldo sanitario y a la vez económico para la actividad productiva.

“Este esquema (de la industria brasilera) da un margen de tranquilidad en el supuesto caso de que surjan dificultades de tipo sanitario que puedan afectar de manera significativa la productividad de la variedad y así, se evitaría que el sector se resienta económicamente”, asegura Jorge I. Victoria K., director del Programa de Variedades de Cenicaña.

La declaración no es exagerada y solo se necesita mirar hacia otras latitudes para entenderlo. En Australia, por ejemplo, a principios de este siglo la aparición de la roya naranja afectó la economía de esa industria por cuanto su principal variedad, la Q 124, era altamente susceptible a esta enfermedad. Después, en el 2006, hizo su aparición el carbón y todas sus principales variedades comerciales eran susceptibles a éste, por lo que nuevamente su productividad volvió a resentirse.

Según Victoria, Brasil puede ser un referente de todo lo contrario: “Hasta ahora la economía azucarera de esa nación no se ha visto afectada por la aparición de enfermedades devastadoras. Allí cuando aparece una nueva enfermedad y hay una variedad susceptible, simplemente la cambian porque manejan el esquema del 20%”.

Al repasar la historia colombiana también se encuentran casos para reflexionar sobre la vulnerabilidad que van adquiriendo con los años algunas variedades debido a la mutación de plagas y enfermedades y de cómo su dependencia puede convertirse en un riesgo. Es el caso de la Otahití, a principios del siglo XX y la CP 57-603, a finales del mismo siglo, que en su momento fueron las variedades más cultivadas, pero eran muy susceptibles al mosaico común, el carbón y la roya café. La CC 85-92, que inicialmente tenía niveles altos de resistencia a la mayoría de enfermedades, desde el 2006 registra un aumento en la infección por roya café, con lo que se estaría demostrando una variación patogénica.

“No estamos exentos de que el patógeno siga mutando y pueda llegar a afectar con la enfermedad alguna de las variedades que hoy predominan en el sector. Al contar con un gran abanico de variedades, las probabilidades de mutación van a ser menores”, explica Victoria.

Más que buenas razones

En Colombia, el abanico de variedades existente da más que buenas razones para iniciar cuanto antes una renovación de los cultivos. Dicha oferta contempla hasta catorce variedades distintas a las cinco que han predominado en los últimos años en el sector (CC 85-92, CC 84-75, PR 61-632, MZC 74-275 y V 71-51). Las nuevas variedades pueden ser muy competitivas con un manejo agronómico adecuado y para cada zona agroecológica, es decir con un enfoque de agricultura específica por sitio.

Y es que el buen desempeño de una variedad depende, en buena medida, de que se siembre en las zonas agroecológicas para las cuales fue identificada, con las prácticas definidas para su tipo de suelo y también del clima.

De acuerdo con el enfoque de la agricultura específica por sitio, el proceso de selección y desarrollo de variedades para las zonas agroecológicas del valle del río Cauca se lleva a cabo en tres ambientes que agrupan las zonas secas-semisecas, húmedas y de piedemonte. Los cruzamientos se programan según las metas en cada ambiente y la selección se basa en tres estados y una prueba regional. Las nuevas variedades continúan en multiplicación y seguimiento en parcelas principales y parcelas satélites, donde son evaluadas en conjunto por investigadores y productores, quienes planifican su adopción y difusión.

Esto significa que la sugerencia de determinada variedad por zona agroecológica es fruto no sólo de resultados experimentales, sino de resultados comerciales obtenidos por los mismos cultivadores y un análisis estadístico con una probabilidad del 99% de que en determinado sitio la variedad se comportará de una manera y no de otra.

En todo caso, lo importante es entender que hay alternativas distintas a la CC 85-92 pero la clave de un exitoso plan de renovación varietal no corre solo por cuenta de la variedad, sino de un manejo agronómico ajustado al enfoque de la AEPS.

Solo así se podrá hablar de una mejor productividad por hectárea y un mayor margen de utilidad para los cultivadores.  

La variedad CC 01-1940 se ha destacado por sus resultados en las zonas agroecológicas de ambiente húmedo.

“Hace aproximadamente cinco meses decidimos no volver a sembrar la CC 85-92 debido a los altos porcentajes de campos afectados por la roya, lo que nos preocupaba ya que vivimos una experiencia con la MZC 74-275. La CC 85-92 la estamos cambiando por CC 93-4418 y también estamos sembrando CC 98-72, CC01-1228 y CC 01-1940. Hay que entender que si una variedad no fuera buena, nosotros como ingenio no estaríamos multiplicándola, pues la clave del éxito en un proceso de renovación es tener resultados, que es lo primero que exige el proveedor”.

Ricardo Franco
Gerente de campo – Mayagüez

 

 

 

“En Manuelita hemos decidido innovar con las variedades CC 93-4418, CC 01-1228, CC 01-1940, CC 01-746, CC 98-72 y CC 01-678. Las primeras experiencias no fueron muy alentadoras, sin embargo, aparecieron una serie de variedades que comenzaron a mostrar resultados sobresalientes, como es el caso de la CC 93-4418. Es importante no tomar decisiones definitivas con poca área cosechada ya que se puede cometer el error de eliminar una variedad que por razones de circunstancia y condiciones puntuales de un sitio, no funciona. La variedad CC 93-4418, por ejemplo, comenzó a mostrar resultados sobresalientes y sostenidos a partir de las 300 hectáreas cosechadas”.

Yuri Peralta
Jefe del Departamento de Agronomía – Manuelita

 

 

 

“Cambiar la variedad no puede ser una decisión por moda, porque el vecino me lo dijo o porque me gustó el porte de la caña. No. Cuando se selecciona una nueva variedad para sembrar es porque hay una información validada en Cenicaña, que permite entender que ésta puede desempeñarse mejor dependiendo de las zonas agroecológicas. Somos conscientes de que la primera experiencia puede tener un costo grande, en el sentido de hacer cosas que no son las que en realidad esa variedad requiere, pero solo en la medida que vayamos entendiendo el manejo específico de cada una y para cada zona podremos encontrarle las ventajas”.

Carlos Hernando Azcárate
Proveedor de Caña

 

 

DATO IMPORTANTE

Al finalizar 2012, en el 66.4% del área sembrada se encontraba la variedad CC 85-92; seguida de la CC 93-4418, con 8%; la CC 84-75 con 7.4% y la CC 01-1940 con 2%.

Nota: la información sobre la productividad de las variedades de caña de azúcar en el sitio web de Cenicaña se actualiza mensualmente de acuerdo con los registros por suerte de caña suministrados por los ingenios azucareros.

Carta Informativa 
Año 1 / Número 1 /Febrero de 2013

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