En octubre, concluyó con éxito el proyecto piloto Impulsa, una iniciativa liderada por la ONG Solidaridad y financiada por el Fondo de Impacto de Bonsucro. Este proyecto tuvo como objetivo central promover prácticas agrícolas sostenibles entre pequeños productores de caña de azúcar con cultivos de menos de 25 hectáreas en Colombia, Brasil, Paraguay y Uruguay, brindándoles herramientas para mejorar tanto la rentabilidad como el impacto ambiental de sus actividades.
En Colombia, el Programa Integra de Cenicaña brindó acompañamiento a ocho cañicultores en la implementación de prácticas y tecnologías sostenibles mediante un diagnóstico y un plan de acción personalizado. Entre las prácticas adoptadas se destacan:
- Actualización de análisis de suelos para la toma de decisiones en la fertilización y así minimizar el impacto ambiental.
- Manejo integrado de arvenses para controlarlas de forma más eficiente y amigable con el entorno.
- Separación correcta de residuos en las unidades productivas, promoviendo el reciclaje y la correcta disposición de desechos.
- Uso seguro de agroquímicos, con capacitaciones específicas para su manejo y almacenamiento adecuado.
Además, se incentivó la concientización sobre la importancia del uso de los elementos de protección personal para los trabajadores y se impulsaron adecuaciones en las unidades productivas para proporcionar condiciones laborales más saludables y segura. Estas adopciones son pasos clave para el cumplimiento de la certificación Bonsucro, un estándar internacional que promueve la sostenibilidad en la producción de caña de azúcar.
Durante el proyecto, los productores recibieron incentivos que incluyeron talleres con investigadores, jornadas de campo y un acompañamiento técnico personalizado que enriqueció su experiencia y conocimientos. Como reconocimiento a su esfuerzo y compromiso con la sostenibilidad, dos de los productores fueron premiados con un bono de 500 USD.
Con la finalización del proyecto Impulsa, la ONG Solidaridad y sus aliados celebran los logros obtenidos, que sienta bases importantes para un modelo de producción de caña de azúcar más sostenible y responsable en Latinoamérica.
Capacitación de agricultores en manejo integrado de arvenses, llevado a cabo en las instalaciones de Cenicaña.
Adecuaciones en el sitio de almacenamiento de agroquímicos por parte de uno de los agricultores participantes del proyecto.